Mi primera chaqueta de Chef.
Después de años en la cocina llego el momento de darle un toque más profesional a mis conocimientos y de perfeccionar lo que a lo largo de mi corta viada había aprendido de la mano de mis familiares, y esto sería en el colegio de cocina Santo Tomas de Aquino.
Fue una sorpresa inesperada el enterarme que se dictarían clases de chef profesional en Azul, ya que como dice el dicho popular “Dios está en todos lados pero atiende en buenos Aires· esto también aplicaba a la Carrera de cocina, solo podías estudiar en en IAG y en el colegio de cocineros gato dumas, eran los únicos dos, y que por razones económica yo no podía venir de Azul a Capital a realizar mis sueños de ser Chef.
Pero para esto tenía que suceder lo imposible, por lo menos para mí, debía terminar la secundaria, solo me quedaban dos años y dos materias previas,
Nunca me gusto estudiar, era muy distraído y me gustaba jugar, no era burro, solo travieso.
Como olvidar mi última materia que rendí en marzo, le suplique a mi profesora de lengua y literatura que me aprobara, que le cocinaría profiteroles caseros rellenad de dulce de leche y que se los daría en cuanto me recibiera, fue muy cómico, porque recuerdo que me aprobó, y nio por la repostería si no porque yo le di un examen regularmente bueno.
Luego de haber dado todas las materias y de recibir el titulo me inscribí en la carrera de chef internacional, eso si, me quedaron dos materia previas.
Hice los tramites, papeles y más papeles, eso ya me aburría, ¡yo quería cocinar!!!
Después de tener todo aprobado, nos mandaron a la hermosa Ciudad de Tandil a buscar nuestro equipo de cocinero que comprendía una chaqueta, gorro y pantalones.
De manera desesperada les pedí a mis padres que me llevarán, y fuimos tan rápido como pudimos, y en realidad no había apuro para retirarlos, ya que las clases comenzaban en tres meses yo quería mi tan anhelada chaqueta, esa que miraba puesta en otros chef, yo la quería lo antes posible por más que no la usara, esta prenda representa mucho para un cocinero, es un emblema, una sello de calidad, de pertenencia, ahora sí, vos dirás que no todos los que llevan puesta una de estas prendas no sea el mejor o el super chef, y si, tienes razón, el usarla no te transforma en chef.
Y llegamos a Tandil, supe rancioso, corriendo a la tienda en busca de lo innecesario por el momento.
¡El llegar estaba cerrado y abrían a las 17hs, eran las 12 hs y yo me quería morir, como se abran dado cuenta mi ansiedad es muy grande y exagerada!!
Volver a Azul no tenía sentido, así que averiguamos por un restorán abierto y nos dirigimos a él, y terminamos comiendo en una pizza libre, si mal no recuerdo se llamaba Pizza Pisuela, de los nervios que tenía y la ansiedad que me carcomía, recuerdo que apenas probé dos porciones.